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Lee para el estudio de esta semana
Salmo 46; Jeremías 4: 23-26; Salmo 47: 1-4; 1 Tesalonicenses 4: 13-17; Salmo 75; Apocalipsis 14: 6-12.
Para memorizar
«Dios, alábente los pueblos, todos los pueblos te alaben. Alégrense y gócense las naciones, porque juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra» (Sal. 67: 3, 4).
Al pensar en los acontecimientos finales, tendemos a centrarnos en las bestias y los poderes descritos en Apocalipsis, que tienen sin duda un papel importante. De lo contrario, Dios no los habría incluido en la Biblia para que entendiéramos qué representan (ver Apoc. 1: 3). Sin embargo, la profecía también trata temas clave relacionados con el pecado, el sufrimiento, el juicio, la lucha entre el bien y el mal, la justicia, la injusticia, la persecución y mucho más.
Los Salmos también tratan estos temas con gran profundidad y exploran las emociones humanas: desde el oscuro abatimiento hasta la alegría desbordante. Vemos allí a Israel preparándose para la batalla contra las fuerzas de las tinieblas. Leemos acerca de personas que luchan con la pregunta de por qué Dios no se enfrenta al mal de forma más directa e inmediata, una pregunta que sin duda todos nos hemos hecho alguna vez. Se nos dirige al Santuario en busca de respuestas, y también se apela repetidamente a la condición de Dios como Creador. ¿No son estas cuestiones y preguntas las mismas con las que también nosotros luchamos en nuestro contexto actual? Claro que sí. Por eso seguiremos estudiando y aprendiendo acerca de estas verdades cruciales contenidas en los Salmos.
Salmo 46: 1-3
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes con su braveza."
Este pasaje nos recuerda que en medio de las dificultades más extremas, podemos confiar en la presencia y el poder de Dios, quien es nuestro refugio y protección segura.
Salmo 47: 1-4
"Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra; cantad la gloria de su nombre, presentad vuestra ofrenda de alabanza. Decid a Dios: ¡Cuánterrible eres en tus obras! Por la grandeza de tu poder, tus enemigos se someterán a ti. Toda la tierra te adora, y entona alabanzas a tu nombre."
Este salmo invita a toda la creación a alabar a Dios por su soberanía y poder, recordándonos que el reconocimiento de su autoridad es universal y eterno.
Salmo 75: 1-3
"Te alabamos, oh Dios, te alabamos. Porque cerca está tu nombre; contamos tus maravillas. Cuando digo: 'Se alzará la copa, y se llenará de vino el cuerno', y digo también: 'No, no será así para siempre', hasta que se detenga al impío, y la iniquidad sea destruida en el lugar."
Aquí, el salmista expresa confianza en la justicia de Dios y en su control soberano sobre los destinos de la tierra, afirmando que en su tiempo la justicia prevalecerá.
Apocalipsis 14: 6-12
Este pasaje describe la proclamación del evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo, y presenta las advertencias sobre la justicia de Dios, la caída de Babilonia, y la venida del juicio final. Es un llamado a la fidelidad y a la perseverancia en medio de las persecuciones y las dificultades.
Comentario final:
Este estudio nos invita a reflexionar sobre la presencia constante de Dios en medio de las crisis humanas, tanto en tiempos antiguos como en nuestra realidad actual. Los Salmos nos muestran un Dios que es refugio, justicia y salvación, mientras que los capítulos de Apocalipsis nos alertan sobre los eventos finales y la necesidad de mantener nuestra fe firme. La lucha entre el bien y el mal, el sufrimiento y la justicia, son temas universales que afectan a todos los creyentes. Sin embargo, el mensaje central es que Dios es soberano y que su justicia y misericordia prevalecerán, dándonos esperanza y confianza en medio de cualquier circunstancia. Seguiremos estudiando estos textos para fortalecer nuestra fe y comprender mejor la voluntad de Dios en nuestras vidas y en la historia.
Sunday, May 25
«Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones»
Lee Salmo 46. ¿Qué mensaje de esperanza podemos extraer de esto en medio de la confusión actual y de lo que sabemos que ocurrirá en la tierra en los últimos días a medida que el Gran Conflicto se desarrolla aquí?
El Salmo 46 parece tocar un tema que encontramos en el libro de Hebreos: el de algo mejor. Jesús es mejor que el sumo sacerdote terrenal, su sacrificio es mejor que todos los sacrificios de animales, y el Santuario celestial es mejor que los tipos o prefiguraciones simbólicas que existían en la Tierra.
Sin embargo, este salmo adopta un enfoque diferente. El autor no está simplemente contrastando cosas buenas con otras que son mejores, sino contrastando un mundo en rebelión y las terribles consecuencias resultantes de ello con la promesa de las cosas mejores que Dios está preparando para nosotros.
De hecho, este salmo está lleno de esperanza y de la promesa de que, incluso en medio de la desolación, las pruebas, el sufrimiento y las guerras a las que nos enfrentamos, en última instancia debemos atender el consejo divino: «Estén quietos, y conozcan que Yo Soy Dios» (Sal. 46: 10), y descansar en la seguridad de que un día todo esto terminará y que Dios será exaltado «entre las naciones, enaltecido [...] en la tierra» (Sal. 46: 10).
Nota también lo que está escrito aquí: «Por eso no temeremos, aunque la tierra sea removida, aunque se traspasen los montes al corazón del mar» (Sal. 46: 2).
Es inevitable que vengan a la mente las escenas que tendrán lugar en ocasión de la Segunda Venida: «El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla, y todo monte y toda isla fueron removidos de su lugar» (Apoc. 6: 14), y también lo siguiente: «Esperando y apresurándose para la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor» (2 Ped. 3: 12; LBLA). Nuestro mundo actual y sus males característicos no durarán para siempre. Lo que vendrá después supera nuestra capacidad de comprender. Por ahora, sin embargo, solo tenemos que soportar, perseverando en la fe y aferrándonos a la revelación de Dios que tenemos, especialmente la que fue hecha por Jesús en la Cruz.
Por muy mal que vayan las cosas en este mundo (y sabemos que empeorarán), ¿qué esperanza deberías extraer de tu conocimiento de la bondad, el poder y el carácter de Dios (piensa en la Cruz)?
Análisis de las preguntas:
¿Qué mensaje de esperanza podemos extraer de esto en medio de la confusión actual y de lo que sabemos que ocurrirá en la tierra en los últimos días a medida que el Gran Conflicto se desarrolla aquí?
La esperanza principal que se extrae es que, a pesar de las dificultades, Dios está en control y tiene un plan superior. El Salmo 46 nos llama a confiar en Su soberanía, a mantener la calma y a reconocer que Él es Dios. La promesa de que un día las guerras y el sufrimiento terminarán, y que Dios será exaltado en toda la tierra, nos llena de esperanza y confianza en un futuro mejor.
¿Qué esperanza deberías extraer de tu conocimiento de la bondad, el poder y el carácter de Dios (piensa en la Cruz)?
La esperanza que surge de conocer el carácter de Dios, especialmente a través de la Cruz, es que la bondad y el amor de Dios son mayores que cualquier mal o sufrimiento. La Cruz muestra el sacrificio supremo de Jesús por la humanidad, evidenciando que Dios tiene un plan de redención y victoria sobre el pecado y la muerte. Esto nos asegura que, por muy oscuro que parezca el mundo, la bondad y el poder de Dios prevalecerán, y que en Él encontramos consuelo, fortaleza y esperanza eterna.
Lunes, 26 de mayo
Esperanza en medio de la confusión
Gran parte del lenguaje del libro de los Salmos es simbólico, metafórico, pero cuando se trata del que apunta al restablecimiento definitivo de nuestro planeta, hay pocas razones para creer que es meramente figurado. El Salmo 46 nos recuerda que nuestro planeta se verá profundamente afectado por el regreso de Cristo. Pero no se trata apenas de las rocas y los océanos, sino que el gran clímax de la historia de la Tierra significará el colapso de los reinos mundanos, de los miserables sistemas de gobierno humano que han causado tanto sufrimiento durante milenios.
Todos estos poderes, así como el mal y el sufrimiento que han provocado a la humanidad, dejarán por fin de existir. La profecía bíblica revela lo que ocurrirá a este mundo. Por ejemplo, la visión de Daniel 7 muestra un mar tempestuoso del cual surgen naciones. Los vientos de la contienda y la guerra soplan sobre el mar pagano o gentil (la tierra), dando origen a un reino mundano tras otro, ninguno de los cuales puede resolver los problemas que acosan a la humanidad. Los líderes mundanos en los que nos atrevemos a confiar son casi siempre tan pecadores y egoístas como el resto de nosotros.
Ninguno de los reinos mostrados a Daniel resultó ser un hogar seguro para el pueblo de Dios, aun cuando algunos fueron mejores que otros. No obstante, sabemos que nuestra ciudadanía se encuentra en el Reino de Dios (Fil. 3: 20) y que muy por encima del caos de este planeta hay un Trono inamovible (ver Eze. 1: 26). Jesús enseñó que el mundo se sumirá en un desorden cada vez más profundo a medida que nos acerquemos al momento del regreso de Cristo (Mateo 24), pero podemos resistir aferrados a la fe, independientemente de la condición de nuestro planeta, porque sabemos que Dios no ha perdido el control y que cumplirá sus promesas: «Braman las naciones, titubean los reinos; alza él su voz y se derrite la tierra. ¡El Señor Todopoderoso está con nosotros! Nuestro refugio es el Dios de Jacob» (Sal. 46: 6, 7). Las cosas no irán bien a corto plazo, pero sí en última instancia gracias a Jesús.
Nuestro mundo parece caótico y fuera de control. Sin embargo, ¿cómo debería ayudarnos la profecía de Daniel 7, por ejemplo, a ver que, en última instancia, todo saldrá bien si permanecemos fieles? (Aquí se puede añadir que la profecía de Daniel 7 nos muestra que, aunque los reinos humanos puedan parecer poderosos y eternos, en realidad están bajo el control soberano de Dios. Esto nos ayuda a mantener la esperanza y la confianza en que, al final, Cristo establecerá su reino eterno, y que, a pesar del caos presente, la victoria final será para su pueblo, porque Dios cumple sus promesas y nada puede detener su plan de redención.)
Martes, 27 de mayo
Bajo sus pies
Lee Salmo 47: 1 al 4. ¿Qué dice el salmista acerca del lugar que nos espera en el reino de Cristo?
A largo plazo, el futuro es brillante. Hasta entonces, la humanidad ha cedido el dominio del planeta a Lucifer, por eso cuando Satanás apareció en el concilio celestial registrado en el libro de Job se jactó de que esta Tierra le pertenecía. «¿De dónde vienes?», le preguntó Dios. «De rodear la tierra y andar por ella», respondió (Job 1: 7).
Satanás estaba declarándola su propiedad; el hecho de poner el pie en un lugar era en la antigüedad una manera de representar el derecho a la posesión. «Levántate, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque a ti te la daré», dijo Dios a Abraham (Gén. 13: 17).
Compara 1 Tesalonicenses 4: 13 al 17 con Zacarías 14: 4 y presta atención a lo que dice este último pasaje acerca de los pies de Cristo. ¿Qué diferencia encuentras entre esos pasajes y qué enseñan acerca de estos dos aspectos diferentes, pero relacionados, de la soberanía final de Cristo sobre este mundo?
"Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor." (1 Tesalonicenses 4:16-17)
"En aquel día, sus pies se posarán sobre el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al este; y el monte se partirá en medio, formando un gran valle; de modo que uno de sus lados se apartará hacia el norte y el otro hacia el sur." (Zacarías 14:4)
La diferencia clave entre estos pasajes es que 1 Tesalonicenses 4 describe la venida de Cristo en gloria, en la que sus pies tocarán la tierra en un momento final y glorioso, asegurando la resurrección y la redención de su pueblo. En cambio, Zacarías 14 nos muestra el momento en que Cristo baja en su segunda venida, posando sus pies sobre el Monte de los Olivos, que se partirá en dos, creando un paso para que su pueblo pueda entrar en Jerusalén y comenzar su reino milenial.
Estos pasajes enseñan que, en la soberanía final de Cristo, su poder será visible y tangible en la tierra misma. La primera enseña la esperanza de la resurrección y la reunión con Cristo en el aire, mientras que la segunda describe un evento físico y visible en el que Cristo establece su dominio en la tierra. Ambos aspectos son complementarios: uno apunta a la esperanza futura en la vida eterna con Jesús, y el otro a la manifestación de su autoridad en la tierra en su segunda venida.
Elena G. de White escribió lo siguiente acerca de lo que Cristo hará al final del Milenio:
«Cristo baja sobre el Monte de los Olivos, de donde ascendió después de su resurrección, y donde los ángeles repitieron la promesa de su regreso. El profeta dice: “Vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos”. “En aquel día se afirmarán sus pies sobre el Monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén, al oriente. El Monte de los Olivos, se partirá por la mitad [...] formando un valle muy grande”. “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será único, y único será su nombre” (Zac. 14: 5, 4, 9). La nueva Jerusalén, descendiendo del cielo en su deslumbrante esplendor, se asienta en el lugar purificado y preparado para recibirla, y Cristo, su pueblo y los ángeles, entran en la santa ciudad» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 644).
Nota la esperanza que se nos ha dado en Jesús. Piensa en lo que significaría la vida si todo terminara para siempre con la muerte. Todo sería inútil, ¿verdad? Pero gracias a la promesa de su regreso, podemos tener la esperanza segura de que un día Cristo volverá a esta tierra y establecerá su reino eterno, en un mundo renovado y libre del pecado. Esa esperanza transforma nuestra perspectiva y nos anima a seguir confiando en Dios, incluso en medio de las dificultades actuales.
Miércoles, 28 de mayo
Vino y sangre
Lee Salmo 75, Mateo 26: 26 al 29 y Apocalipsis 14: 9 al 12. ¿Qué revela el Salmo 75 sobre algunas de las cuestiones que están en juego en el Juicio, y cómo nos ayudan los otros textos a entender estas cuestiones?
Se cree que este salmo fue cantado tras la milagrosa aniquilación del ejército de Senaquerib (2 Crón. 32; 2 Rey. 19), una historia que parece apuntar a la destrucción final de los malvados en Apocalipsis 20. El pueblo de Dios está dentro de la Ciudad Santa con su Rey justo cuando los ejércitos del mal los rodean y son destruidos por Dios mismo.
"Porque en la altura de la tierra, Dios juzga a los impíos; a los orgullosos humilla, pero a los humildes da gracia." (Salmo 75: 7-8)
Una de las cosas que Dios corrige en ocasión del Juicio es la apropiación indebida del poder que ha tenido lugar en nuestro mundo. Los seres humanos caídos ya no viven para los demás ni para la gloria de Dios, sino para sí mismos. Hoy experimentamos en muchos sentidos las consecuencias de haber elegido creer que no hay sentido ni norma moral objetiva en el universo. El filósofo Friedrich Nietzsche insistía en que debemos crear nuestro propio sentido y que debemos pretender que el universo existe para nuestro beneficio. En efecto, cada individuo se comporta hoy como si fuera un dios.
¿Cómo le fue a Nietzsche con esta filosofía? No muy bien. Perdió la razón y se desplomó en una calle de Italia tras intentar impedir que un hombre golpeara a un caballo. Luego pasó los siguientes once años de su vida en un estado semicatatónico antes de su muerte, en 1900.
Independientemente de la gravedad de los problemas existentes, se nos recuerda que los creyentes debemos vivir con esperanza y no imaginar el futuro sobre la base de los acontecimientos actuales. Es fácil desesperarse cuando vemos que los pilares de la civilización son erosionados constantemente por los impíos, o por aquellos cuya visión de Dios no se encuentra en la Biblia. Actualmente vivimos en un período en el que los valores morales –incluso cosas tan básicas como el género humano, la distinción entre el hombre y la mujer– han sido atacados, al menos en algunas partes del mundo. Ciertos tipos de inmoralidad, cosas de las que mucha gente se habría avergonzado de hablar incluso en privado, son ahora alabadas y aplaudidas públicamente. Así de mal están las cosas.
Aunque debemos poner de nuestra parte para intentar mejorar la vida de los demás, ¿por qué siempre es importante recordar que será necesaria la destrucción total de este mundo actual y su recreación sobrenatural para que todo sea restaurado? (Aquí se puede añadir que la Biblia enseña que esta destrucción y recreación están en el plan de Dios para eliminar el pecado y la maldad definitiva, y que la esperanza del creyente está en la promesa de la segunda venida de Jesús, quien establecerá un nuevo cielo y una nueva tierra donde no habrá más dolor ni sufrimiento.)
Jueves, 29 de mayo
Para que se conozca tu salvación
Lee el Salmo 67. ¿De qué manera este himno de alabanza te ayuda a comprender el papel del pueblo de Dios en Apocalipsis 14: 6 al 12?
Ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE. UU., han creado un nuevo revestimiento negro que hace casi invisibles los objetos pintados con él. Logrado a partir de nanotubos, es muchas veces más oscuro que cualquier material negro fabricado anteriormente. Este nuevo material puede absorber el 99,99 % de toda la luz visible. Ni siquiera la luz más brillante consigue hacer visibles los objetos cubiertos con este revestimiento.
El Salmo 67 comienza con un llamamiento a Dios para que «haga resplandecer su rostro sobre nosotros. Para que sea conocido en la tierra tu camino» (Sal. 67: 1, 2). Mediante su plan de salvación, Dios ha provisto un camino para que los pecadores sean readmitidos en su presencia sin ser destruidos por su gloria; e incluso ahora, en esta vida, la Cruz de Cristo hace posible que el rostro de Dios brille sobre nosotros.
Pero, hay más. Dios quiere que reflejemos su luz al resto del mundo. Esta fue la tarea encomendada a Israel. El Templo debía ser una casa de oración para todas las naciones: «Yo los llevaré a mi santo monte y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos» (Isa. 56: 7).
"Y toda criatura que en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y en las aguas, la cual sea salida, o que esté en ellas, oírá decir: ¡Alabado sea el que es sentado en el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!" (Apocalipsis 5:13)
En este salmo, David apela a Dios para que «sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación» (Sal. 67: 2). Desgraciadamente, el pueblo de Dios ha fracasado a menudo en esta tarea. La historia de Israel en el Antiguo Testamento contiene algunos capítulos oscuros, al igual que la historia de la iglesia cristiana en los últimos dos milenios, como si hubiéramos pintado nuestros corazones con una sustancia ultraoscura y nos contentáramos con absorber la luz de Dios sin reflejarla.
A veces consideramos al pueblo remanente de los últimos días como si se tratara de una sala de embarque exclusiva para pasajeros espirituales frecuentes, mientras nos conformamos con que el resto del mundo permanezca en la ruidosa e incómoda sala de embarque común, sin estar preparados para el viaje que les espera. Sin embargo, la iglesia remanente de Apocalipsis 14 no se contenta con permanecer en Sion con Cristo y disfrutar allí de su presencia. Por el contrario, sus integrantes vuelan sobre la faz de la Tierra mientras instan al mundo a unirse a ellos en el monte santo de Dios.
¿Qué obligaciones deberíamos sentir como iglesia y como individuos en cuanto a enseñar a los demás las verdades que tanto amamos? (Aquí se nos recuerda que el pueblo de Dios tiene la responsabilidad de reflejar la luz de Cristo en el mundo, proclamando su salvación y guiando a otros hacia la verdad, en cumplimiento de la misión que Jesús encomendó a su iglesia).
Viernes, 30 de mayo
Para estudiar y meditar
Lee Salmo 133, Hechos 1: 4 al 9 y Apocalipsis 5: 4 al 7.
"Entonces, levantando los ojos al cielo, vio a Jesús partir, y una nube lo ocultó de su vista. Mientras la multitud lo miraba, he aquí que dos hombres vestidos de blanco, que también estaban allí, se acercaron y les dijeron: ‘Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este Jesús, que ha sido recibido arriba de ustedes en el cielo, vendrá otra vez de la misma manera en que lo han visto ir’." (Hechos 1:9-11)
«Durante la era patriarcal, la influencia del Espíritu Santo se había revelado a menudo en forma muy notable, pero nunca en su plenitud. Ahora, en obediencia a la palabra del Salvador, los discípulos ofrecieron sus súplicas por este don, y en el Cielo Cristo añadió su intercesión. Reclamó el don del Espíritu, para poderlo derramar sobre su pueblo» (Elena G. de White, Los hechos de los apóstoles, p. 31).
Los discípulos recibieron la comisión de dar testimonio de Cristo «hasta lo último de la tierra» (Hech. 1: 8), una obra que anunciaría el regreso de Cristo (Mat. 24: 14). Nosotros debemos continuar lo que ellos empezaron.
"Y a uno de los ancianos le pregunté: '¿Estos vestidos blancos, quiénes son, y de dónde han venido?' Y me dijo: 'Señor mío, tú lo sabes.' Y me dijo: 'Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y aquel que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.'" (Apocalipsis 7:13-15)
Cuando Cristo nos dijo que lleváramos el evangelio al mundo, no nos dejó solos para que descubriéramos cómo hacerlo. El trabajo es dirigido desde el Santuario del Cielo. Nuestro trabajo está indisolublemente fusionado con Cristo: él nos guía y nos da poder. Esta es su obra, no la nuestra. Por eso se nos pide que sigamos su dirección. Ese era el caso también con Israel: Dios les pidió que siguieran sus instrucciones e hizo luego que ocurriera lo imposible. El Espíritu ya está actuando en los corazones de nuestros prójimos y se nos pide que estemos allí cuando llegue el momento de la decisión, para que podamos invitarlos a unirse al pueblo de Dios cuando esté con el Cordero sobre el monte Sion. No necesitamos inventar nuevos medios y métodos, pues nunca hemos estado a cargo de la obra.
Preguntas para dialogar:
Aún hay muchas personas no alcanzadas, aunque los mensajes de los tres ángeles han llegado a todo el mundo. Dialoguen como clase acerca de cómo puede nuestra iglesia realizar mejor la tarea para la que Cristo nos está usando. ¿Cómo podemos aprender a no desesperarnos por el hecho de que aún hay tanta gente que no ha oído hablar de las verdades cruciales para los últimos días?
(Aquí se nos recuerda que la obra de evangelización no depende solo de nuestros esfuerzos, sino del poder del Espíritu Santo. La oración, la fe y la confianza en que Dios está obrando son clave para mantener la esperanza y continuar la misión con perseverancia.)
Juan es testigo, en Apocalipsis 5, de cómo el rollo sellado es entregado al Cordero porque es digno. Cuando el Cordero abre los sellos del rollo en Apocalipsis 6, vemos claramente predicha la historia de la iglesia cristiana desde la época del Nuevo Testamento hasta el final de los tiempos. ¿Qué lecciones podemos aprender de esta descripción acerca de cómo se propone Dios terminar la obra?
(Podemos aprender que Dios tiene un plan soberano y que, aunque la historia de la iglesia tenga momentos de dificultad y persecución, Él sigue en control y cumplirá su propósito final de redimir a su pueblo.)
¿Qué acontecimientos actuales podrían conducir fácilmente a lo que sabemos que se avecina en Apocalipsis 13 y 14? ¿Qué obstáculos quedan aún por delante?
(Los eventos políticos, sociales y religiosos en el mundo, como la persecución religiosa, el incremento del conflicto global y la apostasía, pueden ser señales de que estamos llegando a los últimos tiempos. Sin embargo, aún quedan obstáculos como la resistencia de las fuerzas del mal y la necesidad de que más personas conozcan a Cristo antes de su regreso.)
Precursores
Lee para el estudio de esta semana
Daniel 2: 31-45; Daniel 3: 1-12, 17, 18; Apocalipsis 13: 11-17; Romanos 1: 18-25; Hechos 12: 1-17; Mateo 12: 9-14.
Para memorizar
«Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Tim. 1: 7).
Esta semana estudiaremos otras dos historias bíblicas que prefiguran los acontecimientos de los últimos días con gran detalle.
En primer lugar, examinaremos el relato de Sadrac, Mesac y Abednego, que contiene alusiones evidentes al capítulo 13 de Apocalipsis. Veremos luego la historia de los apóstoles y la experiencia de los primeros cristianos para comprender lo que nos queda aún por delante hasta el regreso de Cristo.
Ambos ejemplos, el de los tres jóvenes hebreos y el de la iglesia apostólica, ponen de relieve un valor extraordinario y contienen claves para disfrutar de paz espiritual aun en las circunstancias más difíciles.
Jesús dijo una y otra vez cosas como «no temas» y «¿por qué están turbados y suben esos pensamientos a su corazón?». Es importante recordar que el centro de la profecía es Cristo y que debemos por ello ser capaces de escuchar ese mismo mensaje del Señor en las escenas proféticas de los momentos finales de la Tierra. Como dijo a sus discípulos: «No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios, crean también en mí» (Juan 14: 1).
En otras palabras, aunque los eventos de los últimos días serán difíciles para quienes decidan permanecer fieles a Dios, debemos verlos con esperanza, no con temor.
Domingo 15 de Junio
DANIEL 2 Y EL ENFOQUE HISTORICISTA DE LA PROFECÍA
La profecía que aparece en Daniel 2 es una de las más poderosas de toda la Escritura. Casi seis siglos antes de Cristo, el profeta expone la historia del mundo desde la época de Babilonia y a través de Medopersia, Grecia y Roma hasta la fragmentación de esta en lo que son hoy las naciones europeas.
De hecho, la profecía dijo de estas naciones europeas que “se mezclarán por medio de casamientos pero no se unirán el uno con el otro, así como el hierro no se mezcla con la arcilla” (Dan. 2:43). Esta predicción se ha cumplido asombrosamente. Es decir, a pesar de todo tipo de alianzas matrimoniales entre estas naciones, siguen divididas.
Por ejemplo, la monarquía británica se llama Casa de Windsor, un nombre inglés. Sin embargo, esa designación es relativamente reciente, ya que data de 1917. Antes de eso, la familia se llamaba Casa de Saxe-Coburg y Gotha, un nombre claramente alemán, pues muchos miembros de la realeza británica, al mezclarse “por medio de casamientos”, eran parientes consanguíneos de los alemanes.
Sin embargo, esos lazos de sangre no bastaron para mantenerlos alejados de la guerra, ya que durante la Primera Guerra Mundial, y en un intento de desvincularse de sus odiados enemigos, cambiaron su nombre por el de Casa de Windsor.
Lee Daniel 2:31 al 45. ¿Cuál fue el sueño de Nabucodonosor y cómo lo interpretó Daniel?
Todas las profecías apocalípticas de Daniel siguen la base establecida en Daniel 2. Es decir, la secuencia de un imperio mundial tras otro hasta que Dios establece su reino eterno (ver Dan. 2:44; 7:13, 14). En otras palabras, esas profecías anunciaban una serie ininterrumpida de imperios desde la antigüedad hasta el fin de la historia, incluyendo nuestros días.
Este enfoque o interpretación historicista de las profecías surge de los textos mismos y es crucial para comprender los acontecimientos de los últimos días, particularmente los descritos en Apocalipsis.
¿Cómo demuestra Daniel 2 que Dios no solo conoce el futuro sino también tiene, en última instancia, el control de este?
Lunes 16 de Junio
LA ADORACIÓN DE LA IMAGEN
La atención que Nabucodonosor prestó a Daniel y a su Dios en un principio, cuando estaba aún impresionado por lo que se le reveló (ver Dan. 2, especialmente los versículos 46-48), no duró mucho.
Lee Daniel 3:1 al 12. ¿Qué implica el hecho de que la estatua fuera solo de oro y que el rey exigiera que se la adorara?
El rey subrayó su desafío al mensaje de Dios construyendo una estatua que estaba hecha solo de oro. ¿Cuál era el mensaje? Que Babilonia nunca caería y que Nabucodonosor siempre sería rey. Quienquiera que se atreviera a desafiar esa idea sería ejecutado.
Esto sirve como un poderoso recordatorio de que nuestro deseo humano de autodeterminación puede cegarnos e impedir que aceptemos la verdad acerca de cómo se desarrollará el Gran Conflicto.
Nabucodonosor manifiesta en algunos sentidos características de Lucifer, ya que era ambicioso, engreído y orgulloso como para rebelarse abiertamente contra la autoridad de Dios. En otros aspectos, por supuesto, hay marcadas diferencias. Nabucodonosor aceptó finalmente al Dios verdadero y es probable que lo encontremos en el Reino que tanto desafió.
Lee en Daniel 3:17 y 18 las desafiantes palabras dirigidas por los tres jóvenes hebreos al rey. ¿Qué nos enseña esto?
Piensa en las salidas que esos tres jóvenes podrían haber considerado para evitar tan peligrosa situación. ¿No sería acaso una muestra de fanatismo dejarse quemar vivos por no ofrecer una simple reverencia? ¿No podrían haber fingido, inclinándose para ajustar su calzado mientras oraban a Dios? ¿Valía realmente la pena lo que les esperaba?
Pensaban obviamente que sí, aunque lo que dijeron mostraba que eran conscientes de que era muy probable que morirían.
¿Cómo podemos evitar las racionalizaciones que comprometen nuestra fe? ¿Qué dice el siguiente texto acerca de una tentación similar?:
> “El que es fiel en lo muy poco también en lo más será fiel; y el que en lo muy poco es injusto también en lo más será injusto” (Lucas 16:10).
Martes 17 de Junio
OTRA IMAGEN Y LA ORDEN DE ADORARLA
Hace tiempo que los estudiosos de la Biblia ven la conexión entre Daniel 3 y lo que Apocalipsis enseña acerca de los eventos finales. Efectivamente, la orden de “adorar la imagen” o morir (Dan. 3:15) refleja lo que el Apocalipsis enseña acerca de la orden de rendir culto a una imagen so pena de muerte:
> “Se le permitió infundir aliento a la imagen de la primera bestia, para que la imagen pudiera hablar y dar muerte a todo el que no adore a la imagen de la bestia” (Apoc. 13:15).
Lee Apocalipsis 13:11 al 17; 14:9, 11 y 12; 16:2; 19:20; y 20:4. ¿Qué contraste hay aquí que implica un conflicto entre los mandamientos de Dios y los de hombres?
El pueblo de Dios está llamado a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”, es decir, al Creador, en contraposición con la bestia y su imagen. Los tres jóvenes hebreos se negaron, ante una amenaza similar, a adorar a otro que no fuera el Dios Creador.
Lee Romanos 1:18 al 25. ¿De qué manera la adoración de la imagen de la bestia es solo otra manifestación del mismo principio en juego: quién debe ser objeto de la lealtad de los seres humanos?
Adorar no significa única o necesariamente inclinarse ante una imagen y ofrecerle incienso. Adoramos aquello a lo que en última instancia somos leales. Cuando consideramos quién es nuestro Dios Creador y lo que ha hecho por nosotros al redimirnos por medio de Jesús, nos damos cuenta de que es el único que merece ser adorado.
Todo lo demás es idolatría. Tal vez esto ayuda a comprender las severas palabras de Jesús:
> “El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).
Miércoles 18 de junio
LA PERSECUCIÓN A LA IGLESIA PRIMITIVA
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento contienen ejemplos de precursores de los acontecimientos finales. La vida no fue fácil para los cristianos del primer siglo.
> “Los poderes de la Tierra y del infierno se coligaron contra Cristo en la persona de sus seguidores. El paganismo previó que, de triunfar el evangelio, sus templos y sus altares serían derribados; por lo tanto, reunió sus fuerzas para destruir el cristianismo. Se encendieron los fuegos de la persecución” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 43).
Lee Hechos 12:1 al 19. ¿Qué elementos de esta historia podrían presagiar los acontecimientos de los últimos días?
Pedro fue milagrosamente puesto en libertad y se dirigió a una reunión de creyentes que, paradójicamente, dudaban de que hubiera sido liberado aunque estaban orando por ello. La Biblia dice que quedaron atónitos, lo que nos llama a reflexionar acerca de cuántas veces oramos sin confiar demasiado en que Dios nos responderá.
Jesús mismo le anunció a Pedro cómo moriría:
> “Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías. Pero cuando seas anciano, extenderás tus manos y otro te ceñirá, y te llevará a donde no quieras” (Juan 21:18, 19).
¿Qué debería decirnos esto acerca de por qué ni siquiera el riesgo de la muerte debería impedirnos seguir al Señor?
Jueves 19 de Junio
LA MARCA DE LA BESTIA
Puesto que ciertos acontecimientos finales —como el decreto de muerte y la imposición de la marca de la bestia— aún no han sucedido, algunos han expresado dudas e incluso escepticismo.
El libro de Apocalipsis es claro: adoramos al Creador o a la bestia y a su imagen. Y dado que el séptimo día, el sábado semanal, es desde el Edén mismo la señal de Dios como Creador (ver Gén. 2:1-3), no debería sorprender que el sábado ocupe un lugar central.
Lee Mateo 12:9 al 14 y Juan 5:1 al 16. ¿Por qué quisieron los líderes religiosos matar a Jesús?
“Pero los fariseos salieron y conspiraron contra Jesús para matarlo” (Mat. 12:14).
“Perseguían a Jesús, y procuraban matarlo, porque hacía estas cosas en sábado” (Juan 5:16).
Aunque la cuestión específica allí descrita no es la misma que en los acontecimientos finales, se parece bastante: la ley humana en oposición a la de Dios. En ambos casos, la ley cuestionada tiene que ver con el sábado bíblico.
¿Morir a causa de uno de los mandamientos de Dios? ¿Cómo podría alguien racionalizar la situación para procurar una escapatoria?
Viernes 20 Junio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Lee el capítulo titulado “La liberación del pueblo de Dios” en El conflicto de los siglos, pp. 693–710:
> “En todos los tiempos, Dios se valió de santos ángeles para socorrer y liberar a su pueblo… El Señor se complace en la misericordia; así que, por causa de los pocos que lo sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga la tranquilidad de las multitudes…” (Elena de White, El conflicto de
los siglos, pp. 689–690).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR
1. Lee 2 Timoteo 1:7.
Analiza los aspectos de la profecía que más te han preocupado.
¿Cómo podemos librarnos del temor y encontrar el mensaje de esperanza de Dios, aun en medio de las profecías que se refieren a la persecución por causa de la fe?
2. Aunque en este momento puede ser difícil ver cómo el sábado y el domingo podrían convertirse en el epicentro de los acontecimientos finales.
¿Qué debería enseñarnos esto acerca de no basar nuestra fe en los acontecimientos actuales —que pueden cambiar en un instante—, sino solo en la Palabra de Dios?
3. Piensa en Daniel 2 (e incluso en
Daniel 7).
Todos los imperios surgieron y desaparecieron exactamente como fue predicho.
Desde nuestra perspectiva actual, solo queda un reino por aparecer.
¿Cuál es ese reino y por qué podemos estar seguros de que surgirá tal como fue anunciado?