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Sábado 31 de Mayo
Lee para el estudio de esta semana
Apocalipsis 6:12-17; Mateo 24:36-44; Génesis 6:1-8; 2 Pedro 2:4-11; Génesis 18:17-32; Daniel 7:9, 10.
Para memorizar
«Estas cosas les sucedieron por ejemplo, y fueron escritas para advertirnos a nosotros, a los que han llegado al fin del tiempo. Así, el que piensa estar firme, mire que no caiga» (1 Cor. 10:11, 12).
La Biblia abunda en relatos acerca del pueblo de Dios que apuntan a acontecimientos futuros y contienen claves para entender la «verdad presente». De hecho, algunos de esos relatos prefiguran acontecimientos de los últimos días con sorprendente detalle y proveen una base más amplia para entender con claridad las profecías de Daniel y Apocalipsis.
Sin anular la libertad de conciencia de cada persona, Dios puede guiar perfectamente los acontecimientos que ocurrirán en los últimos días para que sucedan tal como él se los reveló a los profetas. La relación entre los eventos finales y algunas importantes historias bíblicas es obvia, pues el Nuevo Testamento se refiere a ellas al describir los eventos de los últimos días. Tal es el caso de la destrucción de Sodoma y Gomorra, el Diluvio, etc. Otros relatos bíblicos requieren ser estudiados cuidadosamente para extraer de ellos las verdades que nos han sido reveladas en la Palabra de Dios.
Durante las próximas dos semanas examinaremos una serie de relatos clave que abordan la Segunda Venida, el Juicio Investigador, la crisis final y otros temas. Como resultado de ese estudio, veremos que Cristo está en el centro de todo y debe ser el objetivo final de todo empeño por comprender las profecías.
Sitios bíblicos para el estudio de esta semana (con citas ampliadas)
Apocalipsis 6:12-17
Descripción del cielo en crisis y la llegada del fin, cuando las estrellas caen y la tierra tiembla. Nos muestra la severidad del juicio y la ansiedad de la humanidad ante la venida de Cristo.
Mateo 24:36-44
Jesús habla de la incertidumbre del día y la hora del fin, comparándolo con los días de Noé y Lot, y exhorta a estar vigilantes.
Génesis 6:1-8
La historia de la corrupción en la antigüedad y el juicio divino por el pecado, prefigurando el fin de los tiempos y la necesidad de la misericordia de Dios.
2 Pedro 2:4-11
La descripción de Dios castigando a los ángeles rebeldes y al mundo en el tiempo de Noé, como ejemplos de su justicia y paciencia, y advertencias para los creyentes.
Génesis 18:17-32
La intercesión de Abraham por Sodoma y Gomorra, reflejando la misericordia de Dios y su justicia, y la importancia de la oración en tiempos de crisis.
Daniel 7:9-10
La visión del Trono de Díos, donde los juicios son establecidos y la historia final de los santos se decide, mostrando la autoridad de Dios en los últimos días.
Domingo 1 de Junio
La ira del cordero
Lee Apocalipsis 6: 12 al 17. Considera los detalles de la respuesta de estas personas ante el desarrollo repentino de los acontecimientos finales. ¿Qué notas en su respuesta?
Es interesante notar que los perdidos no exclaman: «¿Qué es esto?» o «¿quién está detrás de esto?». Parecen entender lo que ocurre. Se refieren a Jesús como «el Cordero», lo que requiere conocer algo acerca de la historia de Cristo como Redentor. También parecen ser conscientes de que «ha llegado el gran día de su ira» y que se encuentran en una situación desesperada: «¿Quién podrá quedar en pie?»
Antes del fin, el evangelio es llevado a todas las naciones (Mat. 24: 14) y los mensajes de los tres ángeles son comunicados a todo el mundo. Sin embargo, habrá personas que serán sorprendidas, no por falta de información, sino por su negativa a creer y obedecer. Esta será la razón por la que se perderán.
Lee Mateo 24: 36 al 44. ¿Qué lecciones Jesús nos invita a aprender de la historia de Noé?
Jesús señala la historia del Diluvio para advertirnos que su segunda venida será una sorpresa para muchos. Al igual que la Segunda Venida, el Diluvio no sorprendió al mundo por falta de información. Noé predicó durante 120 años a un mundo que se negaba a creer. Se les dijo lo que iba a suceder. Simplemente, no quisieron creer.
A su vez, muchas personas aseguran que el largo tiempo transcurrido implica que las profecías no son dignas de crédito. Pedro cita en tal sentido la historia del Diluvio cuando dice que, «ante todo, sepan que en los últimos días vendrán burladores, quienes, sarcásticos, andarán según sus bajos deseos y dirán: “¿Dónde está la promesa de su venida? Desde que los padres durmieron, todas las cosas permanecen como desde el principio de la creación”» (2 Ped. 3: 3, 4). Este sentimiento irá en aumento a medida que pase el tiempo.
En el caso de quienes mueran antes del regreso de Cristo, la Segunda Venida (o la tercera, si mueren sin aceptar a Jesús como su Salvador) ocurrirá apenas un instante después de haber cerrado sus ojos. Por otra parte, la vida transcurre muy velozmente. ¿Cómo pueden ayudarnos esas realidades a afrontar la «demora»?
Respuesta desarrollada:
1. Considera los detalles de la respuesta de estas personas ante el desarrollo repentino de los acontecimientos finales. ¿Qué notas en su respuesta?
En Apocalipsis 6:12-17, las personas que presencian los eventos finales reaccionan con un conocimiento claro de lo que está ocurriendo. No muestran sorpresa ni incredulidad ante el desarrollo de los eventos, sino que reconocen que están en medio de la ira de Dios, refiriéndose a Jesús como «el Cordero». Este detalle indica que conocen la identidad de Jesús y el significado de su juicio, ya que la referencia a «el Cordero» requiere cierto conocimiento previo sobre la misión redentora de Cristo. Además, al decir «ha llegado el gran día de su ira», comprenden la gravedad del momento y la naturaleza de los juicios divinos. La pregunta «¿Quién podrá quedar en pie?» refleja la desesperación y la conciencia de que la situación es irreversible y de que la humanidad enfrenta un juicio inminente. Notamos que su respuesta no es de sorpresa, sino de reconocimiento de la realidad, lo que muestra que están conscientes de los eventos y su gravedad.
2. ¿Qué lecciones Jesús nos invita a aprender de la historia de Noé?
En Mateo 24:36-44, Jesús usa la historia de Noé para enseñarnos que la segunda venida de Cristo será una sorpresa para muchos, similar al diluvio. La clave aquí es que, aunque la gente tenía información y advertencias, no creyó ni se preparó para lo que venía. Noé predicó durante 120 años, advirtiendo del diluvio, pero la gente se negó a escuchar y a prepararse, viviendo sus vidas como si nada fuera a cambiar. La lección que Jesús nos invita a aprender es que no debemos confiar en que la demora en su regreso significa que no sucederá pronto o que las profecías no se cumplirán. La historia del diluvio muestra que la incredulidad y la indiferencia pueden ser peligrosas, y que debemos estar siempre preparados, porque la segunda venida de Jesús será repentina y puede sorprender a quienes no estén vigilantes. Además, Pedro advierte que en los últimos días surgirán burladores que minimizarán la promesa de la segunda venida, pero esas profecías son seguras y se cumplirán en el tiempo señalado por Dios.
3. ¿Cómo pueden ayudarnos esas realidades a afrontar la «demora»?
Las realidades mencionadas —que la vida puede terminar en un instante y que la demora en la segunda venida no significa que no ocurrirá— nos llaman a vivir en constante preparación y vigilancia. La brevedad de la vida y la certeza de que todos enfrentaremos a Dios en algún momento nos motivan a aprovechar cada día para estar en paz con Él, obedecer sus mandamientos y compartir su mensaje. La espera puede ser difícil, pero entender que la vida transcurre rápidamente y que la segunda venida será inminente nos ayuda a mantenernos firmes en la fe y a no caer en la desesperanza o en la incredulidad. La esperanza en las promesas de Dios y en su tiempo perfecto nos da paz y nos anima a vivir de manera consciente, sabiendo que en el momento adecuado, Cristo volverá en gloria. Además, nos recuerda que debemos estar listos en todo momento, porque el tiempo de Dios no siempre coincide con nuestro reloj.
Lunes, Junio 02
La evangelización de Noé
Pedro nos recuerda que muchos no estarán preparados para el regreso de Cristo porque «intencionalmente ignoran» (2 Ped. 3: 5) lo que ocurrió en ocasión del Diluvio. En la actualidad, aunque un asombroso número de culturas, desde los antiguos griegos hasta los mayas, registran la historia de un diluvio global y devastador, la narración bíblica acerca del Diluvio es una de las más ridiculizadas. Como se predijo, el mundo está poniendo a un lado el relato bíblico del Diluvio como si se tratara de un mito, sin importar cuán clara y explícitamente se lo describe en el Antiguo Testamento y cuántas veces se hace referencia a él en el Nuevo Testamento.
Jesús dijo, en Mateo 24: 37 al 39, que la situación mundial se parecería a la de «los días de Noé». Compara este pasaje con Génesis 6: 1 al 8. ¿Cuáles fueron las condiciones morales que condujeron al Diluvio? ¿Qué paralelismos existen entre la época de Noé y la nuestra?
Un estudio cuidadoso de la Escritura revela otra lección importante para el pueblo remanente de Dios de los últimos días. Hebreos 11: 7 dice que Noé «con santa reverencia construyó el arca para salvar a su familia. Por su fe condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe».
Imagina lo que significó para Noé predicar durante más de un siglo y que solo su familia entrara en el arca. Si él hubiera sido un evangelista moderno, nos sentiríamos tentados a pensar que fracasó.
Afortunadamente, muchos lugares del mundo son en este momento muy receptivos a los mensajes de los tres ángeles. Como resultado, muchos están conociendo al Señor. Todavía no hemos llegado al punto en que no haya resultados, aunque se nos ha dicho que se acerca el momento en que «habrá terminado el tiempo de gracia, y será cerrada la puerta de la misericordia. Así que las palabras: “Las que estaban preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta”, nos conducen a través del ministerio final del
Respuesta:
Las condiciones morales que condujeron al Diluvio incluyeron corrupción generalizada, violencia, inmoralidad, y una actitud de rechazo a Dios y a sus leyes. La humanidad se había sumido en pecado y rechazo a la justicia divina, viviendo solo para sus deseos mundanos.
Paralelismos con nuestra época incluyen la creciente inmoralidad, corrupción, violencia, rechazo a Dios y su palabra, y una actitud de indiferencia ante la advertencia divina. La humanidad de hoy también está ignorando las señales y la historia, poniendo a un lado la realidad del juicio y la necesidad de arrepentimiento.
Martes, Junio 03
La historia de Sodoma y Gomorra
Hay otra historia clave del Antiguo Testamento a la que Pedro hace referencia al describir los acontecimientos de los últimos días: la destrucción de Sodoma y Gomorra. Las ciudades de la llanura se han hecho legendarias por su maldad y se convirtieron en el primer ejemplo de poblaciones destruidas por el fuego del Cielo.
Lee 2 Pedro 2: 4 al 11, Judas 5 al 8 y Ezequiel 16: 46 al 50, y pon atención a todos los detalles. ¿Cuáles fueron las condiciones morales que desembocaron en la destrucción de estas ciudades y qué paralelismos existen con la condición actual del mundo?
La advertencia dada a través del relato de Sodoma y Gomorra a quienes viven en la Tierra en estos últimos días es clara: finalmente, los malvados también serán destruidos por el fuego, como se describe con tanta claridad en Apocalipsis 20. El pecado es notablemente engañoso, en el sentido de que nos impide percibir la condición de nuestro propio corazón y hace que nuestras transgresiones nos parezcan aceptables, a diferencia de las de los demás. En el mismo capítulo donde Dios habla de cuánto ha amado a su pueblo, también le advierte que, aunque este no cometió los mismos pecados que Sodoma, se ha vuelto más perverso que ella (Eze. 16: 47).
Israel había estado «fornicando» (ver Eze. 16: 41); es decir, cometiendo adulterio espiritual. Imagina la sorpresa del pueblo de Dios cuando sus integrantes escucharon que eran más malvados que gente famosa por su maldad.
Esto no es una novedad acerca del antiguo Israel ni de la humanidad. En Romanos 1: 18 al 32, Pablo presenta una larga lista de faltas humanas que podría haberse escrito sobre la base de las noticias actuales. La descripción que hace Pablo del pecado de los gentiles, o paganos, no pretendía que los judíos se sintieran superiores, sino que el pueblo de Dios comprendiera por fin la gravedad de sus propios pecados. Natán hizo lo mismo cuando habló con David: le contó la historia de un hombre rico que robó el único cordero que tenía un hombre pobre. Esta historia «encendió el furor de David» (2 Sam. 12: 5) pues la injusticia descrita era obvia. Aun así, fue necesaria la declaración de Natán: «¡Tú eres ese hombre!» (2 Sam. 12: 7) para que David se viera reflejado en la historia.
Es importante recordar que la Biblia no se dirige principalmente al mundo exterior, sino al propio pueblo de Dios. La descripción de los atroces pecados de otros en Apocalipsis 13 o 17 es una advertencia de que nosotros también podemos caer en la misma trampa.
Respuesta:
Las condiciones morales que desembocaron en la destrucción de Sodoma y Gomorra fueron un profundo pecado de corrupción, inmoralidad sexual, orgullo, violencia y falta de misericordia, como se describe en 2 Pedro 2:4-11, Judas 5-8 y Ezequiel 16:46-50. Estas ciudades se caracterizaban por la arrogancia, la injusticia y la perversidad extrema.
Paralelismos con la condición actual del mundo incluyen la creciente aceptación de la inmoralidad, la corrupción, la violencia y la indiferencia hacia la justicia y la misericordia, lo cual refleja una tendencia hacia el alejamiento de los valores morales de Dios y una posible repetición de los patrones de Sodoma y Gomorra en la historia humana.
Miércoles, Junio 04
El juez de toda la tierra
La Biblia registra una curiosa historia que tiene lugar en las llanuras de Mamre justo antes de la destrucción de Sodoma. En ese relato, Dios se aparece a Abraham acompañado por dos ángeles. Cuando el patriarca los ve, invita a los visitantes celestiales a una comida, y en ese momento Dios promete que Abraham y Sara tendrán un hijo del cual descendería el Mesías. Jesús, en efecto, procedía del linaje de Abraham (comparar con Gál. 3: 16). A continuación, el relato pasa repentinamente al asunto de las ciudades malvadas de la llanura.
Lee Génesis 18: 17 al 32. ¿Qué enseñan estos versículos acerca del carácter de Dios y de cómo piensa hacer frente al mal existente en nuestro planeta?
Dios no nos debe una explicación, pero decide no ocultar sus motivos y sus planes a la humanidad. En tal sentido, el profeta Amós dice: «Nada hace Dios, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas» (Amós 3: 7).
Antes de destruir Sodoma y Gomorra, Dios informa a Abraham lo que está a punto de suceder, aquello de lo que este será pronto testigo.
Dios se queda con Abraham mientras los dos ángeles se dirigen a la ciudad malvada para llamar a los que harán caso de su advertencia. Lo mismo puede decirse de los ángeles proféticos que exhortan en los últimos días a quienes son parte del pueblo de Dios a salir de Babilonia (Apoc. 14: 6-12; 18: 1-4). Mientras se proclama la última advertencia, Dios discute con Abraham lo que está a punto de suceder y se somete de buen grado a las preguntas del patriarca.
«Lejos de ti hacer eso, que hagas morir al justo con el impío, y que el justo sea tratado como el impío. Nunca hagas tal cosa. El Juez de toda la tierra, ¿no hará lo que es justo?», pregunta Abraham (Gén. 18: 25). Abraham no solo examinaba el caso de Sodoma, sino también el carácter de Dios. Del mismo modo, antes de que llegue el fin del mal y de los malvados, Dios abre los libros del cielo (Apoc. 20: 4, 11-15) y nos permite acceder a la evidencia antes de hacer descender fuego sobre la Tierra. Es decir, tendremos mil años para obtener respuesta a muchas preguntas que ahora tenemos.
Antes de ejecutar su juicio final sobre los perdidos, el Señor nos dará mil años para entender por qué lo hará. ¿Qué nos dice esto acerca de su carácter y de cuán dispuesto está al escrutinio de sus acciones por parte de los seres creados que dependen totalmente de él para existir y que no tienen ningún derecho inherente a conocer estas cosas?
Respuesta:
Estas versículos enseñan que Dios es un juez justo, misericordioso y transparente. No actúa impulsivamente sino que revela sus motivos y planes a la humanidad, permitiendo que se le pregunte y se le examine. La historia con Abraham muestra que Dios está dispuesto a discutir y justificar sus decisiones, incluso en medio del juicio, demostrando que su carácter es de justicia y misericordia. Además, la paciencia de Dios y el tiempo que nos da antes del juicio final reflejan su amor y disposición para que entendamos sus acciones y seamos informados de los motivos por los cuales hace lo que hace, lo cual revela su carácter justo y misericordioso.
Jueves, Junio 05
El juicio previo al advenimiento
La descripción del Juicio que se encuentra en Daniel 7 nos permite ver detrás del velo, una oportunidad impresionante de observar cómo actúa Dios para resolver el problema del pecado y para redimir a quienes desean vivir en una relación de pacto con él.
Lee la descripción del Juicio Investigador que se ofrece en Daniel 7: 9, 10, 13, 14, 22, 26 y 27. ¿Cuál es el objetivo principal del Juicio? ¿Cuál es el veredicto emitido al final del proceso? ¿Qué nos dice esto acerca del Plan de Salvación?
No cabe duda de que la humanidad es juzgada por Dios. Eclesiastés 12: 14 asegura que «Dios traerá toda obra a juicio», y Pablo nos recuerda que «todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo» (Rom. 14: 10). Dios no necesita registros para saber quién se salvará o se perderá, pero los ángeles, que han estado examinando el Plan de Salvación todo el tiempo (1 Ped. 1: 12), naturalmente tienen preguntas. Ellos fueron testigos de la rebelión de Satanás, vieron a un tercio de sus compañeros expulsados del Cielo (Apoc. 12: 4, 9) y ahora Dios nos trae ante él. Dios abre los libros y permite que los santos vean lo que hay en ellos.
La historia de la súplica de Abraham por Sodoma y Gomorra, un tipo o prefiguración del Juicio, aporta una importante vislumbre acerca de este. Los pecados de Sodoma obviamente fueron investigados, ya que Dios menciona que la maldad de la ciudad era tan notoria que el clamor contra ella era grande (Gén. 18: 20). Pero no solo Sodoma y Gomorra fueron investigadas antes de su destrucción. Dios también permitió que Abraham evaluara si la decisión divina de destruir a los malvados era justa.
Quien aparece en medio del juicio celestial en Daniel 7 es Jesús, «un Hijo de Hombre» (Dan. 7: 13, ver también Mat. 20: 28), cuya aparición es la única razón por la que este juicio es «hecho en favor de los santos del Altísimo» (Dan. 7: 22). Solo su perfecta justicia hace que su pueblo salga airoso del Juicio.
Imagina que todos tus secretos estén expuestos ante nuestro santo Dios en ocasión del Juicio. ¿Cuál es tu única esperanza en ese momento? (ver el contenido del viernes).
Respuesta:
El objetivo principal del Juicio en Daniel 7 es determinar la justicia de las acciones de Dios y de la humanidad, y asegurar que aquellos que aceptan a Cristo y viven en pacto con Dios sean declarados justos. El veredicto final es que Jesús, el Hijo de Hombre, representa la justicia perfecta que permite que los santos sean salvados y que los injustos sean condenados. Esto revela que el Plan de Salvación se basa en la justicia de Cristo y en su obra redentora, y que la justicia del Señor es la base de la esperanza para todos los creyentes.
Viernes, Junio 06
Para estudiar y meditar
Lee las páginas 100 y 101 del capítulo titulado «El Diluvio» en el libro Patriarcas y profetas, de Elena G. de White.
«El sumo sacerdote no puede defenderse a sí mismo ni a su pueblo de las acusaciones de Satanás. No sostiene que Israel esté libre de culpas. En sus andrajos sucios, que simbolizan los pecados del pueblo, que él lleva como su representante, está delante del ángel, confesando su culpa, aunque señalando su arrepentimiento y humillación y fiando en la misericordia de un Redentor que perdona el pecado. Con fe se aferra a las promesas de Dios. […]
»Las acusaciones de Satanás contra quienes buscan al Señor no son provocadas por el desagrado que le causen sus pecados. El carácter deficiente de ellos le causa regocijo porque sabe que solo si violan la ley de Dios él puede dominarlos. Sus acusaciones provienen únicamente de su enemistad hacia Cristo. Por el plan de salvación, Jesús está quebrantando el dominio de Satanás sobre la familia humana y rescatando almas de su poder. […]
»El hombre no puede por sí mismo hacer frente a estas acusaciones del enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad ante Dios. Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la ley de Dios le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y él solicita a su Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable» (Elena G. de White, Profetas y reyes, pp. 390-392).
Preguntas para dialogar:
Jesús dijo a sus discípulos que debían permanecer en el mundo sin pertenecer a este (ver Juan 15: 19; 17: 14-16). ¿Cómo equilibramos nuestra responsabilidad de alcanzar al mundo con la necesidad de mantenernos «sin mancha» de él (Sant. 1: 27)?
¿Qué nos enseña el ministerio público de Noé antes del Diluvio acerca de cómo funciona el Gran Conflicto? ¿De qué manera desempeñamos hoy el mismo papel?
Antes de consumir a los impíos con fuego del Cielo (como hizo con Sodoma), Dios los resucita y permite que Satanás trabaje con ellos por un corto tiempo (Apoc. 20: 7-9). ¿Qué razones se te ocurren para que este sea un último paso necesario antes de que Dios termine con el mal?
Al considerar las historias que estudiamos esta semana, ¿qué advertencias encuentras para tu propia vida? ¿Qué te enseñan estas historias acerca de tu esperanza en Cristo?
Respuesta:
(Aquí el estudiante o lector puede reflexionar y responder según su propia experiencia y comprensión. No hay una respuesta única, pero se puede resumir que las historias enseñan la importancia de vivir en santidad, confiar en la justicia de Dios, y mantener la esperanza en Cristo como nuestro abogado y redentor en el juicio final.)
Precursores
Lee para el estudio de esta semana
Daniel 2: 31-45; Daniel 3: 1-12, 17, 18; Apocalipsis 13: 11-17; Romanos 1: 18-25; Hechos 12: 1-17; Mateo 12: 9-14.
Para memorizar
«Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Tim. 1: 7).
Esta semana estudiaremos otras dos historias bíblicas que prefiguran los acontecimientos de los últimos días con gran detalle.
En primer lugar, examinaremos el relato de Sadrac, Mesac y Abednego, que contiene alusiones evidentes al capítulo 13 de Apocalipsis. Veremos luego la historia de los apóstoles y la experiencia de los primeros cristianos para comprender lo que nos queda aún por delante hasta el regreso de Cristo.
Ambos ejemplos, el de los tres jóvenes hebreos y el de la iglesia apostólica, ponen de relieve un valor extraordinario y contienen claves para disfrutar de paz espiritual aun en las circunstancias más difíciles.
Jesús dijo una y otra vez cosas como «no temas» y «¿por qué están turbados y suben esos pensamientos a su corazón?». Es importante recordar que el centro de la profecía es Cristo y que debemos por ello ser capaces de escuchar ese mismo mensaje del Señor en las escenas proféticas de los momentos finales de la Tierra. Como dijo a sus discípulos: «No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios, crean también en mí» (Juan 14: 1).
En otras palabras, aunque los eventos de los últimos días serán difíciles para quienes decidan permanecer fieles a Dios, debemos verlos con esperanza, no con temor.
Domingo 15 de Junio
DANIEL 2 Y EL ENFOQUE HISTORICISTA DE LA PROFECÍA
La profecía que aparece en Daniel 2 es una de las más poderosas de toda la Escritura. Casi seis siglos antes de Cristo, el profeta expone la historia del mundo desde la época de Babilonia y a través de Medopersia, Grecia y Roma hasta la fragmentación de esta en lo que son hoy las naciones europeas.
De hecho, la profecía dijo de estas naciones europeas que “se mezclarán por medio de casamientos pero no se unirán el uno con el otro, así como el hierro no se mezcla con la arcilla” (Dan. 2:43). Esta predicción se ha cumplido asombrosamente. Es decir, a pesar de todo tipo de alianzas matrimoniales entre estas naciones, siguen divididas.
Por ejemplo, la monarquía británica se llama Casa de Windsor, un nombre inglés. Sin embargo, esa designación es relativamente reciente, ya que data de 1917. Antes de eso, la familia se llamaba Casa de Saxe-Coburg y Gotha, un nombre claramente alemán, pues muchos miembros de la realeza británica, al mezclarse “por medio de casamientos”, eran parientes consanguíneos de los alemanes.
Sin embargo, esos lazos de sangre no bastaron para mantenerlos alejados de la guerra, ya que durante la Primera Guerra Mundial, y en un intento de desvincularse de sus odiados enemigos, cambiaron su nombre por el de Casa de Windsor.
Lee Daniel 2:31 al 45. ¿Cuál fue el sueño de Nabucodonosor y cómo lo interpretó Daniel?
Todas las profecías apocalípticas de Daniel siguen la base establecida en Daniel 2. Es decir, la secuencia de un imperio mundial tras otro hasta que Dios establece su reino eterno (ver Dan. 2:44; 7:13, 14). En otras palabras, esas profecías anunciaban una serie ininterrumpida de imperios desde la antigüedad hasta el fin de la historia, incluyendo nuestros días.
Este enfoque o interpretación historicista de las profecías surge de los textos mismos y es crucial para comprender los acontecimientos de los últimos días, particularmente los descritos en Apocalipsis.
¿Cómo demuestra Daniel 2 que Dios no solo conoce el futuro sino también tiene, en última instancia, el control de este?
Lunes 16 de Junio
LA ADORACIÓN DE LA IMAGEN
La atención que Nabucodonosor prestó a Daniel y a su Dios en un principio, cuando estaba aún impresionado por lo que se le reveló (ver Dan. 2, especialmente los versículos 46-48), no duró mucho.
Lee Daniel 3:1 al 12. ¿Qué implica el hecho de que la estatua fuera solo de oro y que el rey exigiera que se la adorara?
El rey subrayó su desafío al mensaje de Dios construyendo una estatua que estaba hecha solo de oro. ¿Cuál era el mensaje? Que Babilonia nunca caería y que Nabucodonosor siempre sería rey. Quienquiera que se atreviera a desafiar esa idea sería ejecutado.
Esto sirve como un poderoso recordatorio de que nuestro deseo humano de autodeterminación puede cegarnos e impedir que aceptemos la verdad acerca de cómo se desarrollará el Gran Conflicto.
Nabucodonosor manifiesta en algunos sentidos características de Lucifer, ya que era ambicioso, engreído y orgulloso como para rebelarse abiertamente contra la autoridad de Dios. En otros aspectos, por supuesto, hay marcadas diferencias. Nabucodonosor aceptó finalmente al Dios verdadero y es probable que lo encontremos en el Reino que tanto desafió.
Lee en Daniel 3:17 y 18 las desafiantes palabras dirigidas por los tres jóvenes hebreos al rey. ¿Qué nos enseña esto?
Piensa en las salidas que esos tres jóvenes podrían haber considerado para evitar tan peligrosa situación. ¿No sería acaso una muestra de fanatismo dejarse quemar vivos por no ofrecer una simple reverencia? ¿No podrían haber fingido, inclinándose para ajustar su calzado mientras oraban a Dios? ¿Valía realmente la pena lo que les esperaba?
Pensaban obviamente que sí, aunque lo que dijeron mostraba que eran conscientes de que era muy probable que morirían.
¿Cómo podemos evitar las racionalizaciones que comprometen nuestra fe? ¿Qué dice el siguiente texto acerca de una tentación similar?:
> “El que es fiel en lo muy poco también en lo más será fiel; y el que en lo muy poco es injusto también en lo más será injusto” (Lucas 16:10).
Martes 17 de Junio
OTRA IMAGEN Y LA ORDEN DE ADORARLA
Hace tiempo que los estudiosos de la Biblia ven la conexión entre Daniel 3 y lo que Apocalipsis enseña acerca de los eventos finales. Efectivamente, la orden de “adorar la imagen” o morir (Dan. 3:15) refleja lo que el Apocalipsis enseña acerca de la orden de rendir culto a una imagen so pena de muerte:
> “Se le permitió infundir aliento a la imagen de la primera bestia, para que la imagen pudiera hablar y dar muerte a todo el que no adore a la imagen de la bestia” (Apoc. 13:15).
Lee Apocalipsis 13:11 al 17; 14:9, 11 y 12; 16:2; 19:20; y 20:4. ¿Qué contraste hay aquí que implica un conflicto entre los mandamientos de Dios y los de hombres?
El pueblo de Dios está llamado a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”, es decir, al Creador, en contraposición con la bestia y su imagen. Los tres jóvenes hebreos se negaron, ante una amenaza similar, a adorar a otro que no fuera el Dios Creador.
Lee Romanos 1:18 al 25. ¿De qué manera la adoración de la imagen de la bestia es solo otra manifestación del mismo principio en juego: quién debe ser objeto de la lealtad de los seres humanos?
Adorar no significa única o necesariamente inclinarse ante una imagen y ofrecerle incienso. Adoramos aquello a lo que en última instancia somos leales. Cuando consideramos quién es nuestro Dios Creador y lo que ha hecho por nosotros al redimirnos por medio de Jesús, nos damos cuenta de que es el único que merece ser adorado.
Todo lo demás es idolatría. Tal vez esto ayuda a comprender las severas palabras de Jesús:
> “El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).
Miércoles 18 de junio
LA PERSECUCIÓN A LA IGLESIA PRIMITIVA
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento contienen ejemplos de precursores de los acontecimientos finales. La vida no fue fácil para los cristianos del primer siglo.
> “Los poderes de la Tierra y del infierno se coligaron contra Cristo en la persona de sus seguidores. El paganismo previó que, de triunfar el evangelio, sus templos y sus altares serían derribados; por lo tanto, reunió sus fuerzas para destruir el cristianismo. Se encendieron los fuegos de la persecución” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 43).
Lee Hechos 12:1 al 19. ¿Qué elementos de esta historia podrían presagiar los acontecimientos de los últimos días?
Pedro fue milagrosamente puesto en libertad y se dirigió a una reunión de creyentes que, paradójicamente, dudaban de que hubiera sido liberado aunque estaban orando por ello. La Biblia dice que quedaron atónitos, lo que nos llama a reflexionar acerca de cuántas veces oramos sin confiar demasiado en que Dios nos responderá.
Jesús mismo le anunció a Pedro cómo moriría:
> “Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías. Pero cuando seas anciano, extenderás tus manos y otro te ceñirá, y te llevará a donde no quieras” (Juan 21:18, 19).
¿Qué debería decirnos esto acerca de por qué ni siquiera el riesgo de la muerte debería impedirnos seguir al Señor?
Jueves 19 de Junio
LA MARCA DE LA BESTIA
Puesto que ciertos acontecimientos finales —como el decreto de muerte y la imposición de la marca de la bestia— aún no han sucedido, algunos han expresado dudas e incluso escepticismo.
El libro de Apocalipsis es claro: adoramos al Creador o a la bestia y a su imagen. Y dado que el séptimo día, el sábado semanal, es desde el Edén mismo la señal de Dios como Creador (ver Gén. 2:1-3), no debería sorprender que el sábado ocupe un lugar central.
Lee Mateo 12:9 al 14 y Juan 5:1 al 16. ¿Por qué quisieron los líderes religiosos matar a Jesús?
“Pero los fariseos salieron y conspiraron contra Jesús para matarlo” (Mat. 12:14).
“Perseguían a Jesús, y procuraban matarlo, porque hacía estas cosas en sábado” (Juan 5:16).
Aunque la cuestión específica allí descrita no es la misma que en los acontecimientos finales, se parece bastante: la ley humana en oposición a la de Dios. En ambos casos, la ley cuestionada tiene que ver con el sábado bíblico.
¿Morir a causa de uno de los mandamientos de Dios? ¿Cómo podría alguien racionalizar la situación para procurar una escapatoria?
Viernes 20 Junio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Lee el capítulo titulado “La liberación del pueblo de Dios” en El conflicto de los siglos, pp. 693–710:
> “En todos los tiempos, Dios se valió de santos ángeles para socorrer y liberar a su pueblo… El Señor se complace en la misericordia; así que, por causa de los pocos que lo sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga la tranquilidad de las multitudes…” (Elena de White, El conflicto de
los siglos, pp. 689–690).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR
1. Lee 2 Timoteo 1:7.
Analiza los aspectos de la profecía que más te han preocupado.
¿Cómo podemos librarnos del temor y encontrar el mensaje de esperanza de Dios, aun en medio de las profecías que se refieren a la persecución por causa de la fe?
2. Aunque en este momento puede ser difícil ver cómo el sábado y el domingo podrían convertirse en el epicentro de los acontecimientos finales.
¿Qué debería enseñarnos esto acerca de no basar nuestra fe en los acontecimientos actuales —que pueden cambiar en un instante—, sino solo en la Palabra de Dios?
3. Piensa en Daniel 2 (e incluso en
Daniel 7).
Todos los imperios surgieron y desaparecieron exactamente como fue predicho.
Desde nuestra perspectiva actual, solo queda un reino por aparecer.
¿Cuál es ese reino y por qué podemos estar seguros de que surgirá tal como fue anunciado?